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“Cuando salí del infierno de sufrir un trastorno alimentario, supe que mi misión era ayudar a los demás”

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Licenciada Gabriela Ortiz, psicóloga especialista en trastornos alimentarios y de ansiedad

 

“Cuando salí del infierno de sufrir un trastorno alimentario, supe que mi misión era ayudar a los demás

 

Gabriela Ortiz, licenciada en psicología, es fundadora y directora de MINDSET CENTER, un centro orientado a trastornos alimentarios y de ansiedad, donde junto a un equipo multidisciplinario se ocupa de recuperar a los pacientes en tiempo récord.

 

Gabriela tiene treinta y dos años, y un curriculum impresionante para su edad: además de nueve años de experiencia como psicóloga, cuenta con dos posgrados en la Universidad Favaloro  y una Maestría en Universidad de San Andrés. Docente y oradora, actualmente se especializa en trastornos alimentarios y de ansiedad. La conocimos gracias a sus entrevistas en radio y televisión, como el programa Mañanísima con Carmen Barbieri. Pero al entrevistarla nos sorprendió con un dato conmovedor: la razón que la llevó a especializarse en problemas de alimentación.

 

¿A qué llamamos trastorno alimentario?

Es un trastorno psicológico que causa el desarrollo de hábitos alimentarios poco saludables, una distorsión de la imagen corporal, alteración de los vínculos afectivos, y el consecuente deterioro físico y psíquico de la persona.

¿Cuál es el origen de estos trastornos? ¿Siempre remiten a la imagen corporal?

El trastorno alimentario es multicausal. Podemos encontrar causas biológicas, como cambios en las sustancias químicas del cerebro o predisposición genética por parte de uno de los padres.

También hay rasgos psicológicos: ser muy autoexigente y tener tendencias perfeccionistas cercanas a la obsesión, rigidez cognitiva y necesidad de control.

El entorno social y familiar conforme a la crianza, exigencias, comentarios sobre el cuerpo y sobrevaloración de la imagen corporal.

El sexo femenino tiene una mayor predisposición a sufrir este trastorno. Nueve de cada diez casos son mujeres.

Un dato alarmante.

Sí. Hoy en dia las redes sociales,los filtros y la exigencia de perfección ejerce una gran presión sobre la imagen corporal, fomentando la distorsión y la insatisfacción constante.

¿Hay edades más proclives que otras?

En su mayoría se da entre los 12 y los 35 años, pero puede pasar en la tercera edad o incluso en niños.

¿Cómo surgió tu interés en esta área en particular?

Cuando era adolescente sufrí trastornos alimentarios durante varios años. Superarlo fue mi mayor desafío de vida porque además de destruirme a mí, se extendía a mi familia y a los vínculos en general. Pude superarlo gracias al apoyo incondicional de mi familia, y a encontrar profesionales e instituciones especializadas. Al salir de ese infierno supe que mi objetivo como terapeuta era ayudar a quienes transitan lo mismo que yo pasé, a sanar definitivamente.

Contanos en qué se diferencia tu tratamiento, además de haber pasado por eso y superarlo – que de por sí es clave.

La primera característica es que somos un equipo interdisciplinario. Psicólogas, nutricionistas, médicos clínicos y psiquiatras; todos especializados en terapia cognitiva y orientados a trastornos alimentarios. Particularmente generé un método que toma diversas técnicas de la terapia cognitiva como DBT y Mindfulness ACT. También incluye elementos de la terapia sistémica. El tratamiento es variable en función del paciente, pero se observa remisión de síntomas en un periodo de seis meses aproximadamente.

¿Seis meses?

Es cuando aparecen mejoras considerables: empiezan a vincularse mejor con la alimentación, a hacer salidas sociales, recuperar el peso, la seguridad…. Igualmente realizamos supervisiones quincenales, con una comunicación constante entre los especialistas, registros internos de los pacientes, y capacitaciones constantes de los profesionales. También trabajamos con las familias en la Psicoeducación del trastorno y del manejo de las ingestas.

¿Como ayudar desde la familia?

La primera sugerencia es informarse sobre el trastorno para poder evitar comentarios calificativos sobre el cuerpo ajeno. También es importante correr la imagen de un lugar prioritario, aprendiendo a comer saludable, escuchando activamente y sabiendo que el trastorno alimentario es solo la punta del Iceberg. Lo que se esconde detrás son exigencias, necesidad de atención, de amor, situaciones vividas de violencia… entre otras tantas cuestiones.

Me imagino que algunos casos son más evidentes que otros para el ojo ajeno. Por ejemplo, entre la bulimia y la anorexia, la última parece más fácil de detectar ¿Cuál es la diferencia entre ambas?

En cuanto a la sintomatología, en la anorexia hay una restricción alimentaria casi absoluta, obsesión por el ejercicio, y mediciones constantes del peso y las calorías. Por el contrario, la bulimia manifiesta purgas con laxantes, diuréticos, vómitos o ejercicios extenuantes, que suelen darse después de un atracón. Esta una ingesta excesiva se da en un periodo muy corto de tiempo, y de manera descontrolada y emocional

¿Y entre bulimia y obesidad? ¿Se dan algunos factores en común, como comer en privado, los atracones, y estar obsesionados con la comida?

Si, tienen síntomas similares como los atracones y el pensamiento rumiante en torno a la ingesta. Sin embargo en la bulimia existe purga siempre, además de una fijación por el peso, la imagen corporal hegemónica y la sobre exigencia. Un dato curioso es que las personas que sufren bulimia suelen tener un peso promedio o sobrepeso incluso.

¿Cuáles son las consecuencias físicas y psíquicas de estos trastornos?

En la anorexia, la baja de peso abrupta genera debilidad muscular, problemas en la concentración, amenorrea (ausencia de menstruación), y lanugo (vello fino de los recién nacidos), como consecuencia de la alteración de la homeostasis corporal. Y hasta la posibilidad de un ataque cardiaco.

La bulimia provoca úlceras estomacales y esofágicas, perdida de piezas dentales, caída del pelo, desmayos y lesiones musculo-esqueléticas, entre otras. Y en ambos casos se da un deterioro de los vínculos sociales, la sexualidad, además de un estado anímico fluctuante.

¿Como recuperar el placer de comer, una vez terminado el tratamiento?

Corriéndonos de la cultura dietante, comprendiendo que no hay alimentos buenos o malos, que comer es un acto social. Es mucho más que el hecho de alimentarnos; significa un motivo de unión y disfrute. Hay que sacar la comida del centro de nuestra vida, y nutrirla de aspectos complementarios.

Para terminar, regalános unos tips para disfrutar de una vida sana en su sentido más completo.

El ejercicio, la alimentación consciente, el descanso y la meditación son herramientas claves para la regulación emocional. Y buscar el equilibro: nuestro cuerpo es importante pero no solo somos eso. Los invito a repreguntarse, ¿Qué más nos compone?  ¿Familia, amigos, trabajo?  Nutrámonos de los vínculos, generemos metas con expectativas alcanzables y busquemos la mejor versión de nosotros mismos, sin copiar modelos.

Telefono del centro: 15-5848-0480

iG:Mindset.center.arg

correo:lic.gfo@gmail.com