Una intensa sensación embarga el corazón, pero, no sabemos explicar, en realidad de donde surge, es emotiva, y en ese fluir hacia el otro, todo nuestro ser se abre en ese instante y se derrama sobre aquello que es honrado por ese sentimiento que no puede teñir el egoísmo, a eso le llamamos Agradecimiento.
Esta cualidad que enaltece al ser humano, nos hace estimular la fuerza que se ha perdido cuando la adversidad nos toca y, aún dentro de ese dolor, la esperanza agradecida implora hacia lo más alto por esa protección propia o de aquello que queremos proteger aunque ya no este nunca más a nuestro alcance en la vida. La mayor de las veces, somos agradecidos cuando ya hemos trascendido una infortunada experiencia, o cuando obtenemos algún logro por más efímero que este sea, pero, una actitud religiosa o espiritual es vivir protegido por el agradecimiento, porque pocos saben que vivir de este modo hace que estemos protegidos. Vivir, aún con todo lo que esto implica, si lo hacemos estimulando ese espiritual estado Mental del agradecimiento, cambia el carácter apático, decepcionado o solitario del individuo, el agradecimiento destruye al egoísmo y transmuta al resentimiento en perdonarse así mismo, porque, quien vive resentido, en realidad es alguien que no se perdona el no obtener logros que cree que son importantes o harán resaltar su figura en la sociedad, muchas veces ausente de agradecimiento.
El agradecimiento, es el Gesto Fraternal del Alma, por ello su importancia y, también, es por ello que no sabemos porqué ante un gesto amable de alguien, surge esa oleada de intenso Amor hacia el otro que tantas veces reprimimos porque no queremos mostrar, a través de él, la posibilidad de una debilidad. Sí, solemos esconder egoístamente ese Gesto espontáneo del Alma y la razón siempre será en parte el egoísmo pero fundamentalmente será por miedo.
Sí, tenemos miedo de ser agradecidos, porque está instalado en muchos que es una manera de mostrar una debilidad que en realidad tiene mucho de imaginaria, entonces, hace su aparición la actitud que más rebaja al ser humano Éticamente: la Indiferencia; si el Agradecimiento es una bendición para el que agradece, también es más importante para aquel que lo recibe, sin embargo, la Indiferencia no es más que una maldición en la conducta orgullosa del efímero ser humano que se reviste de ella, su corazón y su Alma mueren aprisionados en esa estructura oscura de la maledicencia y elucubración Mental.
Por lo tanto, cada día, deberíamos estar agradecidos el despertar en este mundo tras una nueva oportunidad de hacer el intento de ser mejor. Sea nuestra creencia alguna o ninguna, es bueno saber que el Agradecimiento no es cuestión de creencia o fe, y que la única barrera que impide que ella surja, es la actitud humana, porque el Agradecimiento esta lleno de Virtudes Espirituales, como la Devoción, y cuando vivimos agradecidos, a lo grande o lo más pequeño de la vida, ese Agradecer, Fraternal y Devocional, nos conecta con el Corazón espiritual del el mismo Universo , porque Agradecer es Amar, y quien vive agradecido, es el agente silencioso de ese Amor Universal.
Por Manuel Fernandez
Manuel Fernandez Miembro del Centro de Estudios de la Teosofia Original. www.teosofiaoriginal.com.ar