Nina Rose es una nueva fragancia llena de frescura y optimismo. Este color, símbolo de romanticismo y también de audacia, siempre ha tenido un lugar en Nina Ricci. En la estela de Nina y de Nina Rouge, Nina Rose es una fragancia floral y fresca. Resonando con los códigos infundidos por los nuevos directores artísticos de Nina Ricci, Rushemy Botter y Lisi Herrebrugh, el universo de Nina Rose es a la vez tierno y radiante, teñido de irreverencia. Habla de una feminidad atrevida y vibrante.
Rosa, por supuesto, pero no uno cualquiera. El que viste el frasco de Nina Rose es un rosa candy, ultra-glossy sobre el vidrio, que evoca el estilo bubble-gum visto en el desfile SS20 de la Maison Nina Ricci. Del cuello hasta el estuche, una cinta con el sello «Nina» firma esta nueva creación olfativa.
Vivos y radiantes, la bergamota y el limón se unen a una pera jugosa para crear un acorde luminoso y ultra-fresco. Este toque acidulado se funde en la suavidad aterciopelada del absoluto de flor de azahar y de la esencia de nerolí, exaltada por una nota de jazmín. Y mientras que la ternura de este buqué floral se prolonga en una nube de adictivos almizcles, el Cedro de Virginia aporta a la composición un extra de modernidad.
Tras encarnar a la emblemática heroína de Nina Ricci en las campañas Bella y Nina Rouge, la modelo neerlandesa Estella Boersma es de nuevo imagen de la marca. En esta ocasión la encontramos con un vestido firmado por Nina Ricci. La reconocemos gracias a su boca lacada, con los ojos ocultos tras no uno, ni dos, sino tres sombreros cloche apilados. Accesorios en tonos pop cuya acumulación se erige como una alegre muestra de irreverencia.