Este planeta viene sufriendo una de las depredaciones más intensas de este período o ciclo, y todo eso tendrá un costo muy elevado, se lo depreda para justificar que una ínfima porción no pase hambre y pobreza; esto puede ser evitado por los gobiernos que deberían unirse para que males como estos no ocurran y no permitir por ninguna razón que se siga lastimando gravemente el ecosistema que ya ha comenzado a producir su propia autodefensa como todo organismo vivo. El proceso de Africa debería haber alertado a todas las naciones del mundo, pero han preferido revolver sus entrañas en busca de sus riquezas mientras sus pueblos se debaten en enfrentamientos con aberrantes crímenes y cuando no, los oportunistas cazan sus animales exterminando aceleradamente sus vitales especies.
Cada vida en este sistema cumple con una función, y quienes hicieron posible que el Orden Verde del planeta funcionara como los pulmones del ecosistema, dejaron en manos de la humanidad y a su cuidado este, nuestro actual hogar. Las adolescentes ofensas entre presidentes, han dejado pasar el tiempo en que avanzaron las llamas y destruyeron vidas a su paso. El orgullo de un sólo hombre, incineró miles de hectáreas, el orgullo de el poco sentido sentido común, condena a toda la humanidad a un peligroso riesgo. Este grave problema debido a la insensatez de unos pocos, enseñará a toda la humanidad a cuidar su ÚNICO hogar. Estos pulmones naturales y su diversidad, deben ser protegidos por todas las naciones del mundo, y por sobre todo vigilados, y no permitir que naciones depredadoras ingresen en estos sistemas porque son las venas de la vida del planeta y si no se cuidan y se protegen, el hombre y toda su especie, estarán condenados a vivir en una esfera rocosa peor que Marte. La raza humana se está condenando a si misma y su futuro hoy más que nunca es incierto, y así como muchas civilizaciones han desaparecido, tal vez a esta presente civilización le espere el mismo fin. Investigadores, han descubierto una inmensa población del pasado, que abarca las selvas de Guatemala siguiendo hacia México, pero lo más asombroso fue comprobar que dichas selvas fueron sembradas por la mano de antiguas civilizaciones, esa tarea debe comenzar más que urgente en todo el Amazonas, porque una raza civilizada no es la que se mueve dentro de tecnologías de ultima generación , sino, aquella que inteligentemente, cuida y protege su hogar, la madre que le ha dado a la especie humana la posibilidad de desarrollarse y progresar Espiritualmente y no tiene ningún interés financiero ni se rige por la bolsa de Wall Street.
Si la raza humana pretende tener futuro, debe salir al cruce de todo intento de saqueo y de la explotación depredadora de empresas que se sustentan en la falsa idea de que a sus accionistas nada les sucederá si una crisis sin precedentes se forma en el planeta, esas empresas y sus asociados sucumbirán como todo pobre de esta tierra, no viven en otro planeta, a no ser que su propio engreimiento sea ese planeta fuera de éste. Es por demás vergonzoso que mientras la selva se consume y el riesgo de enfermedades comienzan a aflorar en la tierra, los mandatarios de diversos países estén más preocupados por mantener vigentes sus partidos políticos y muchos pueblos están más atentos por un partido de fútbol u otros juegos, que en ver como solucionar estos inmediatos problemas; nadie está a salvo si el calentamiento global persiste y si seguimos permitiendo que los bosques desaparezcan ante la indiferencia de los hombres que a corto plazo serán las víctimas de esa masacre verde. Se está devastando el Orden Natural con resultados que aceleran peligrosamente la permanencia de la humanidad en el ecosistema que es sumamente delicado . Con el intenso calor que cada vez será más notable en a tierra, desde los océanos y zonas que se deshielen, harán aparecer una infinidad de nuevas o antiguas bacterias que se reactivan con el calor. Estas reservas del mismo ecosistema, tal vez ponga fin a las irrefrenables ambiciones de los hombres que hoy rigen los destinos de sus países y deberían mejor, formar una poderosa barrera en sus recursos naturales para que ya no sean recursos, sino, los elementos que permitirán a toda la raza humana seguir existiendo en este planeta y no que terminemos, como antes dijimos, como el mismo planeta Marte.
¿Toda esta descomunal barbarie se hace para poder alimentar a la raza humana? ¿Quemando, arrasando bosques, para sembrar, siendo que en el planeta existen millones de kilómetros cuadrados de tierra que pueden ser cultivables entre todos los países y dar fin al hambre sin necesidad de semejantes deforestaciones? ¿No es posible detener la pesca irracional que no solo depreda los mares sino que deja elementos en el mar, como redes que matan a una gran variedad de peces? y esas redes, arrastran los fondos marinos destruyendo la vida que allí se va desarrollando dentro de esa matriz natural. Ni que decir de las toneladas de basura que han formado islas o ya son parte de ese fondo marino. O el hombre se detiene o veremos en corto tiempo que lo que decimos, junto a miles más de defensores del ecosistema, se cumplirá indefectiblemente. Los países que rodean el Amazonas, deberán abocarse a un plan internacional de reparación de esa parte del planeta, porque si por mezquindad eso no se hace, de nada servirán las riquezas acumuladas a ninguna nación de la tierra porque no habrá tierra donde esconderla.
Las políticas tan alejadas de lo que prometen, esta vez deberán hacer lugar a lo que el mismo planeta pide, recomposición de las áreas verdes, la religión, deberá ser el testigo fiable, que haga cumplir esa urgente y moral tarea. Y debemos tener esto muy claro, cuando la política y la religión comandan las alocadas ambiciones en un solo hombre, todo lo que esté por debajo de él y sus ideas correrá peligro.
¿En qué clase de gobernantes está nuestro planeta? ¿Cómo los pueblos permiten estar bajo el poder de estos Nerones que deciden los destinos de sus naciones arrasando la tierra o apretando botones para que bombas nucleares incineren este bello mundo? Sólo los pueblos que permiten estos acontecimientos son los responsables de tamaña destrucción.
Que ningún hombre sobre la tierra crea que con sus textos religiosos y sus devastadores ideas de gobernar podrá detener los designios de la Ley del Orden Universal. Si la raza humana sólo cumpliera con los mandamientos que su religión contiene, principalmente el vapuleado Cristianismo, podría obrar el milagro de detener la mano destructora de la ignorancia y hacer que la vanidad política, su oscuro orgullo y su postura arrogante, cediera ante la poderosa fuerza de esta noble verdad: Hombre, se te dio todo un sistema, en perfecta armonía, si tu inmoralidad permite que esta desaparezca, perece tu entonces con ella, porque no has sido merecedor de quienes te dimos la oportunidad de crecer unido a las Leyes que dentro del corazón de la tierra mora, es dentro de ella, que la Divinidad espera siempre al Hombre, tu única responsabilidad es cuidar y proteger este Hogar, si permites que el egoísmo y la ambición, devoren tu corazón, todo, todo, para vosotros estará perdido”.
Manuel Fernández es miembro del Centro de Estudios de la Teosofía Original de Buenos Aires, Argentina.